Si bien es cierto que la pronunciación llana responde literalmente a la forma original inglesa (baseball), y como tal es recogida por el DRAE y el Larousse, también es verdad que el uso del vocablo entre jugadores y especialistas, al menos en Venezuela, asume la pronunciación aguda. (Pregúntele a cualquier niño dispuesto a participar en una caimanera hacia dónde se dirige y observe su respuesta.) Una indagación empírica puede mostrarnos que la forma llana pareciera más bien afectada, común entre seguidores poco versados sobre la disciplina. Ver Edgar Colmenares del Valle, Léxico del beisbol en Venezuela, Caracas: Ediciones Centauro, 1977.
Una actriz porno caraqueña firma en el MoMA de Nueva York un manifiesto de adicción incondicional al equipo de beisbol más popular de Venezuela. Un tributo a la única novela de Bob Dylan se consuma en el título de un blog. Una observación al legado de Miles Davis intenta soportar tanto los embates de la psicodelia como los de la anarquía del siglo veintiuno. De allí las lecturas, filmes y encuentros que exprimen restos de utopías, peliagudas como un hijo.
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