domingo, 26 de septiembre de 2010

Eterno es el jilguero


por Joaquín Marta Sosa



















Mi primera seguridad es ésta:

los pájaros no mueren

Vuelan eternamente a lo largo de su vida,

interminable

Pero allí me lo encontré, pecho blanco

alas grises y listadas,

ojos tan abiertos como el cielo, mudos

como mi temblor confuso,

las patas, pequeñísimas, encogidas

en el intento de atrapar lo que se escapa

irremediable


Todavía aguardaba lejos mi posguerra

y muchos años tardaría

en el envejecimiento sutil, asordinado,

de la vida

que va dejando a salvo de todo el archipiélago

una isla sola,

la del recuerdo con sus culpas


Aquel muerto minúsculo pedía salvación

de los gatos hambrientos que poblaban

la sombra de los árboles,

y con parsimonia y miedo fúnebres

quedó alojado en la mínima cueva de una piedra:

día tras día mi visita, respetuosa,

preguntando por su resurrección,

retirando la piedra

para que se atreviera a renacer


La guerra ha terminado, ya lo sé,

y esta posguerra que me es propia

abre las aguas que me llevarán corriente abajo

para encontrarlo a él, resucitado

y a salvo de las hormigas gordas y voraces

que no dejaron ni una miga suya

en apenas medio día:


Ya entonces preferí la cortante dentellada

del felino honrado y fulgurante

a esa lenta degradación

de las hormigas siniestras y pequeñas, engañosas,

que agredieron su interior

desmenuzando con gula de asaltante

su cuerpo ya sin aire:

para cuando entendí de aquel suceso

estaba ya limpia la piedra,

apenas con la breve hilacha de una pluma


Ignoro si la vejez se nos descubre

cuando todas las guerras terminaron

porque ya en ninguna nos esperan

o si es esta revelación

de hormigas insidiosas

que han ido acabando contigo

en la oscuridad de una cueva

prolongada por el mar,

donde te has ido protegiendo,

piedra a piedra,

para ponerte a salvo

cuando, un día cualquiera,

por ti viene el jilguero

pues la eternidad tuya y la de él está en otro lugar

y es ahora cuando vienes a saberlo


Cada pájaro te muestra lo fácil que es morir:

de otra manera ¿para qué su muerte?



Joaquín Marta Sosa, Campanas de Nogueira. Editorial Equinoccio, Colección Papiros: Caracas 2010. Foto: Mauricio López E.

5 comentarios:

  1. admirable, soy Alvaro el alumno que lo visito hoy en la tarde. a penas tenga tiempo abriré un blog :) yo le aviso .

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  2. listo :D ya mi blog esta semi montado. cuando pueda le puede echar un ojo ;) muchos saludos :D

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  3. Ya lo ví, Álvaro. Estaré pendiente de revisarlo con calma. Gracias.

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